Cuando terminé el secundario, elegí estudiar Contabilidad. Era una concidencia 10 de 10 con mis habilidades: orden, lógica, números. Me iba bien, pero... con el tiempo algo no cerraba.
Una materia, Marketing, me hizo un clic interno. Hablaba de lo humano detrás de lo técnico. Ahí entendí que lo que realmente me movía eran las personas, no los balances. Con miedo, dudas y el famoso “¿qué van a decir?”, me animé a cambiar. (Alerta Spoiler: el inevitable “qué dirán” apareció. Muchos opinaron, pocos acompañaron).
Aprendí que no puedo controlar lo que otros dicen, pero sí puedo elegir mi camino. Y hacerlo a tiempo es un acto de amor propio.
Así elegí Psicología, y encontré lo que estaba buscando.
Hoy acompaño a otros en sus búsquedas, porque sé lo que es estar ahí. Y sé lo valioso que es tener a alguien que te acompañe en el proceso.

Hoy, guio procesos de orientación vocacional y ocupacional desde una mirada integral.
Combino lo técnico con lo vivencial, lo académico con lo práctico.

Mi intención es que cada persona pueda encontrar sentido en lo que hace, tomar decisiones con información y confianza, y construir un camino propio.

Creo en el estudio y el trabajo como espacios de crecimiento, y en la posibilidad de elegir desde la libertad, conciencia y propósito.